Dentro las últimas oficinas salitreras declaradas monumentos nacionales ante los ojos del mundo, muestran aún esas ruinas un pasado salitrero, son estas las, ex - salitreras “Santa Laura”, “Humberstone”; (En Tarapacá) “Chacabuco” y “Francisco Puelma”, ambas correspondiente a la ciudad de Antofagasta. Pero la gran diferencia es que “Humberstone y Santa Laura”, fueron declaras monumentos de la humanidad.
La oficina “Santa Laura”, limitaba con las siguientes salitreras hacia el norestecon la oficina “La Palma ”, (Posteriormente pasó a llamarse “Santiago Humberstone”, 1934) al sudeste con la oficina “Cala Cala” y “Buenaventura.
La ex - salitrera “Santa Laura”, queda ubicada en la actualidad en la comuna de Pozo Almonte, distante a unos 8 kilómetros .
Gran parte de la información e investigación sobre esta salitrera ha sido encontrada en libros y también por documentos de época. “Santa Laura” su construcción comenzó entre los años 1872 a 1874, y en conformidad según al decreto de fecha 16 diciembre1876, se había declarado el despueble de 60oficinas salitreras en aquel entonces por el gobierno peruano; entre ellas se encontraba “Santa Laura” (De Guillermo Wendell), la que estuvo paralizada por muchos años.
La oficina en 1887, fue comprada mediante cancelación de certificados por el Gobierno de Chile en la suma de 78.000 Soles y contaba con una superficie de 100 Estacas. (Paralizada entre1887-1901)
El cuatro de julio de 1901, el Fisco de Chile, anunció en el “Diario Oficial”, por ley la subasta pública de los denominados “Terrenos al Este de la Palma ”, fueron adjudicados por la empresa “The New Tamarugal Nitrate Company Limited”(dueños de “La Palma ”)
Posteriormente se presume que “Santa Laura”, estuvo paralizada un largo tiempo, al no figurar en la producción, elaboración de yodo y salitre desde el traspaso de la compra. (1902 – 1917).
La salitrera llevó a efecto la nueva construcción, por el ingeniero, W. J. Clayton, de la compañía “The London Nítrate Co. Ltd”, enero de 1918 y cuyo administrador fue don Enrique Farfán; (La que entraría a funcionar en enero de 1918)
Posteriormente con fecha 01de enero de 1919, esta planta apareció en un listado sobre su funcionamiento en el documento titulado: “Oficinas Salitreras, Minas y Caseríos de la Provincia de Tarapacá”.
Hacia el año 1921, figura elaborando la compañía salitrera “Santa Laura”, en conformidad a documento, en una nómina que dice: “Industrias con Salitre en Elaboración Anual”, y para el año 1923, siguen los mismos dueños de la compañía, siendo su representante Mr. Buchanan Jones y Cia., casilla de correo Nº703, Iquique, con domicilio en la misma ciudad.
un verdadero paseo de la mano de tus fotos y palabras. encantado de que hayas pasado por mi blog y honrado de que me sigas. he intentado convertirme en tu seguidor, pero por esas cosas no he podido, volveré para hacerlo y seguir disfrutando tus fotos
ResponderEliminarEstimado Ricardo.
ResponderEliminarGracias por tus palabras, especialmente si vienen de un fotógrafo que demuestra con hechos su valía.
Debo señalar que en gran medida tú eres el “responsable” de que yo decidiera publicar mis fotos. En efecto, fue tu serie de fotos de Jujuy, la que me motivó a publicar las de la Salitrera de Santa Laura.
Santa Laura está ubicada en el corazón del desierto chileno (Tarapacá). Un poco más al sur está ubicado el desierto de Atacama que es el lado equivalente de Jujuy pero a este lado de los Andes.
Un abrazo
Renato J. Echevarría Sánchez
¡QUE HERMOS RECORRIDO POR NUESTRA HISTORIA¡...Renato me encanta tu aporte: las Fotos no solo me situan en el lugar si no que tambien me trasladan a aquella epoca...y la biografia me involucra con los acontecimientos..Gracias por un trabajo realizado con mucho cariño y responsabilidad
ResponderEliminarMarcia.
ResponderEliminarNo me canso de agradecer tus palabras de aliento.
La verdad es que para mi es un agrado compartir estos momentos de la historia de nuestro país.
Estos lugares están en serio peligro, es imperioso que las autoridades, la empresa privada y toda la comunidad se movilicen para recuperar y salvar este patrimonio histórico.
Renato J. Echevarría Sánchez