sábado, 29 de mayo de 2010

Ex-Oficina Salitrera Santiago Humberston, Iquique




Su historia

Fue establecida en 1872 por la Peruvian Nitrate Company con el nombre de La Palma, en conmemoración de la batalla librada en la localidad del mismo nombre, cerca de Lima en 1855.
Pasó por diferentes dueños, hasta que en 1932, bajo el poder de la Compañía Gibbs sufrió la primera paralización de sus actividades. Luego fue adquirida por la Compañía Salitrera de Tarapacá y Antofagasta (COSATAN), siendo sometida el año 1934 a una reestructuración y rebautizada con su nombre actual en recuerdo al "padre del salitre". Ese año se construyó el campamento y posteriormente la iglesia, el mercado, el hotel, el teatro, el hospital, la escuela, la piscina y las casas para los jefes, empleados y obreros.
El 17 de enero de 2002, Humberstone, junto a la oficina salitrera Santa Laura, fue adjudicada por la Corporación del Museo del Salitre, entidad que pretende instituir en ambos lugares un museo abierto destinado al recuerdo y preservación de los vestigios de nuestro pasado salitrero.
Hoy sólo la habitan el viento y el mismo sol que resquebrajó la piel de los trabajadores del salitre. Cerró definitivamente sus puertas en febrero de 1960, luego de la disolución de la compañía propietaria. Junto a seis oficinas más fue subastada en 1961, por 820 mil escudos, moneda de la época. 

Junto a Santa Laura, Humberstone fue declarada Monumento Nacional en 1970 (en 1989 las tortas de ripio fueron anexadas a la declaratoria). El caserío está postrado en el abandono. La mayoría de las paredes están rayadas, en el interior de las casas hay papeles y mugre. Los turistas se empeñan en dejar escrito que aquí estuvieron o que se aman. Al parecer eso es todo lo que son capaces de hacer por uno de los lugares que muestra una historia aún reciente para los chilenos. Hoy es parte de la lista tentativa entregada por el Estado chileno a la UNESCO, para ser postulada como Patrimonio de la Humanidad.

domingo, 23 de mayo de 2010

Nubes




Nubes

En un mundo erizado de prisiones
Sólo las nubes arden siempre libres.

No tienen amo, no obedecen órdenes,
Inventan formas, las asumen todas.

Nadie sabe si vuelan o navegan,
Si ante su luz el aire es mar o llama.

Tejidas de alas son flores del agua,
Arrecifes de instantes, red de espuma.

Islas de niebla, flotan, se deslíen
Y nos dejan hundidos en la Tierra.

Como son inmortales nunca oponen
Fuerza o fijeza al vendaval del tiempo.

Las nubes duran porque se deshacen.
Su materia es la ausencia y dan la vida.

Autor: José Emilio Pacheco

jueves, 20 de mayo de 2010

El Duomo di Milano

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El Duomo di Milano es una catedral (la palabra Duomo viene del latín Domus Dei, que significa Casa de Dios) gótica emplazada en la ciudad italiana de Milán. Tiene 157 metros de largo y puede albergar 40.000 personas en su interior. 

Poema 20




Poema 20
[…]
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.  
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.  
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.  
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,  
mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,  
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.
Pablo Neruda
(de Veinte poemas de amor y una canción desesperada)

lunes, 10 de mayo de 2010

Soledades


Soledades.
Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo, ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.

Antonio Machado, 1875-1939

sábado, 8 de mayo de 2010

Una tarde en el cementerio










OH noche mía,

Asilo mío
Silencio mío, de mi voz.
Me miras incierta con el grosor de tus ojos.
Noche que te forjas en los rincones.
Oscuridad sin Día,
Te ciñes en el universo,
Y palideces entre fuego y sombras.
Noche que acercas el mar.
Quieta,
Miras sobre la inmensidad de tu balcón
Te hundes en tu lecho y te ocultas céntrica en mi almohada.
Noche con zarpa feroz,
Extiendes tu follaje sobre prados y laderas.
Mar recio,
Te extiendes sobre la arena.
Y tragas a boca abierta los sueños.
Rocío que apagas tus sentidos de cara al sol.
OH “Cementerio taciturno”
Sin exilio y sin voz.
Autor: Anónimo

















viernes, 7 de mayo de 2010

Molinos de viento




MOLINOS DE VIENTO.

Molinos de viento, que entre
cielo abierto, luchan contra
el tiempo.

Molinos al viento, van vertiendo
miel y encantamiento entre los
tulipanes, que baten sus pétalos.

Molinos de viento, tejen de color
e ilusión los campos y envuelven
el corazón.

Molinos al viento, enmarcan el
ocaso del atardecer, y en destellos
solares sus colores son las más intensas,
pinceladas evocadoras de otros
tiempos y espacios.

Autor Maria Auxiliadora Fernández Velásquez.